Este fue el tercer y ultimo album que grabé con Aaron Thomas. Ya no fue el disco entero como antaño sino algunos temas sueltos, la banda con la que habíamos girado varios años desgraciadamente se había desintegrado. Aunque es verdad que Aaron volvía a rodearse de buenos músicos, en esta última etapa coincidí con gente interesante como Campi, hombre de confianza de Jorge Drexler y multiinstrumentista capaz de extraer la gracia a cualquier cacharro que tenga a mano o Juandi, muy sólido a la batería (Tuya, Anni B Sweet). Aaron seguía con su habitual inspiración a la hora de componer, su olfato para la melodía y las coordenadas estilísticas habituales; folk de raíz americana, pop intemporal, algo de rockabilly. Innevitablemente mi implicación ya no fue la misma que en discos anteriores en los que ví nacer y crecer las canciones en cada ensayo o concierto. En esta ocasion el disco estaba producido por el propio Aaron y por Brian Hernández (ingeniero de El Guincho y Los Punsetes, entre otros), grabamos la base rítmica conjuntamente, todo se hizo en una larga tarde en el enorme estudio de Brian situado en algún lugar que no recuerdo del Corredor del Henares. Poco tiempo después Aaron estrenó nueva banda en directo para promocionar este disco, nuevamente con grandes músicos como Marcus Doo o Xisco Rojo. Después regresó definitivamente a Australia. Sé que en su tierra ha editado un cuarto disco, me alegro, espero que no deje de editar, de crecer y que vuelva a tener opciones reales de moverse a otro nivel, anda sobrado de talento como para jugar en la primera division de la música.