Esteban J. Girón me escribió para proponerme colaborar con el theremin en el cuarto álbum de Toundra. Tras un rápido y rotundo «por supuesto» la imaginación se me disparó, el theremin flotando sobre su intensa épica instrumental, qué gran idea. Mandé a Esteban algunas pruebas sobre el tema propuesto, explorando la línea más melódica del theremin. Él me contestó que le gustaba pero que prefería la vertiente más ambiental, textural e incluso ruidista que puede lograr este instrumento usando ciertos pedales. Cuando llegué al estudio así lo hice, y grabé unos theremines agudos, muy intensos y cortantes. Al oir el disco me doy cuenta de que tenía razón, era justo lo que pedía el tema. Moraleja: atiende primero al criterio de quien te llama y te abre la puerta para entrar en su música, sabe mucho más que tú acerca de lo que hace falta. Y más si son Toundra, una banda cuyo éxito y trayectoria es un rayo de esperanza para todos los que nos dedicamos a hacer música sin voz ni letra.